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jueves, 18 de febrero de 2010

Sin hablar

Si las cosas en la vida se tornan difíciles, dale la mano a aquellos que estén dispuestos a sostenértela hasta el final.

viernes, 12 de febrero de 2010

Donde tuvo lugar una guerra

Es una batalla. Del lado norte del campo se observan trescientos cincuenta y tres infantes, ciento veintidós soldados a caballo, treinta y dos arqueros, y cinco catapultas de fuego. Sobre su caballo, la capitana general porta su inquebrantable figura con total majestuosidad. El general del ejército sostiene con firmeza a su lado la bandera roja que los distingue en ese territorio. 
En el lado sur, por el contrario, sólo se encuentra una persona de casco y armadura azules. Mirando fijamente a los ojos claros de la mujer sobre el caballo, comienza a tirar enfrente de él sus armas y se despoja de sus protecciones. Así es como se desnuda un hombre en la guerra. Completamente vulnerable, camina hacia ella restando importancia a los quinientos y un instintos asesinos a su alrededor. Él sabe que no debe dejar de mirarla. 
Cuando la mitad del campo ha sido recorrida, la capitana ordena al teniente la retirada de los infantes y arqueros. Éste la mira sorprendido, pero obedece. Trescientas ochenta y cinco personas se retiran marchando bajo el comando del teniente, quien también desaparece entre el polvo del desierto.
Aquel soldado aún continúa acercándose hacia la única mujer del ejército enfrentado. Una nueva orden da y los ciento veintidós caballos respaldan la retirada de las cinco catapultas y del general. 
Sólo se encontraba ella, apuntando con un revólver a la cabeza del hombre que se había posicionado a tres metros de su caballo y aún la miraba fijamente. Sin quitarle los ojos de encima, la mujer descendió de su animal y se acercó dos metros y medio hasta la otra persona. Con el frío hierro tocándole la cabeza, el valiente soldado le cuestionó:
"¿Está usted segura de que nada puedo yo hacer para salvar su vida?"
Entonces la mujer lo miró, le sonrió y quitándose el casco con ambas manos le respondió:
"Matarme."

Lejos, cerca de la nada, una bandada de cuervos volaban con destino a tres cadáveres.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Indestructible

Así ser. Indestructible.
Poder volar desde un leve planeo que roce la superficie terrestre hasta caer en la más rápida picada de los cielos. Controlar llamas que hasta al más grande bosque con una erupción pueda hacer desaparecer. Crear violentos tornados que destruyan miles de enormes ciudades. Que abundantes tormentas arrasen con todas las huellas que las catástrofes dejarán. Hacer que, al final, una nueva planta dé frutos en el medio de la destrucción.
Ser por nadie detenido. Serlo todo en el medio de la nada. Ser no humano que puede evitar el propio sentir.