Etiquetas

domingo, 25 de octubre de 2009

El ruiseñor


Esa primaveral mañana, los rayos del sol atravesaban las persianas cerradas de su habitación. Las ventanas, abiertas, permitían que el viento entrara y meciera sus cortinas. Todo se encontraba en su lugar, todo estaba correctamente acomodado. Los cajones cerrados y los retratos sobre las cómodas. La televisión apagada al igual que su computadora. Sólo se escuchaba como el suave cantar del libre iba cesando.
Y el despertador sonó.
De entre las desordenadas sábanas se asomó la figura de una joven, quien con pesadez apagó la alarma. Se sentó en su cama y miró a su acompañante, sin moverse demasiado. Él aún dormía...

No hay comentarios: