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domingo, 25 de octubre de 2009

Parar

-¿Te vas?
-Sí, ¿hay, acaso, algo mejor que pueda hacer?
Ella guardó silencio mientras miraba fijamente el suelo.
-Adiós, entonces.
Tomó su bolso, guardó su teléfono en el bolsillo del pantalón y abrió la cerradura con sus llaves. Nuevamente, volteó a verla. Ella sostenía aún su mirada en el suelo. Suspiró y salió de la casa.
Sólo el golpe de la puerta al cerrarse la distrajo de sus pensamientos.
-¿Se... fue?
Como una película de imágenes, diversas situaciones se cruzaron por su mente, atormentándola.
-Pero... ¿por qué?
La misma película se repetía constantemente. Como si fuera a rendir un examen, ella repasaba cada situación una y otra vez, buscando el porqué de aquello y alguna posible solución.
Volvió a agachar su cabeza, entonces se distrajo.
Nuevamente su mirada se había fijado en aquella extraña mancha de café.

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